¡Ódiame más!
Por Mercedes Dávalos
@mercydav
A continuación les presento una serie de confesiones sobre la final del futbol mexicano. Con esta participación inicia mi historia en la familia Cascarita.
#LaTormentaPerfecta
El futbol mexicano cerró con broche de oro su primer semestre. El balónpie nacional nos regaló una final sumamente equilibrada: América contra Cruz Azul. La afición Chiva que en estos días está llena de pensamientos negativos fue, además, víctima de esta final. Mi antiamericanismo más puro despertó como nunca para sumarse a la causa celeste. Los aficionados azulcremas podrían negarlo pero estoy convencida de que de haber sido al revés su simpatía hubiera estado naturalmente del lado opuesto al rojiblanco. Gracias a esta final recupere un preciado deleite chiva: el desprecio al acérrimo rival que desafortunadamente, hoy, nos ha alcanzado en títulos.
América sufrió de más pero logró darle la vuelta en sólo cuatro minutos a Cruz Azul. El resto es historia. El proceso de construir algo siempre tiene una técnica y la reacción bravía del América tiene nombre y apellido: Miguel Herrera. Hombre clave cuya emoción desbordada fue parte esencial del triunfo americanista. ‘El Piojo’ terminó con sus fantasmas y fue premiado no sólo por esta noche épica de batalla sino por comandar al mejor equipo del último año.
Gracias a los cementeros recuperé mi capacidad de asombro, esa que a veces se va con la edad y que de paso diluyó la ilusión celeste. Cruz Azul fue una vez más sinónimo de tragedia y de lo inexplicable, al engrandecer el dolor de sus seguidores de una manera exageradamente cruel. La Maquina hizo lo que parecía imposible: encontró una formula más para perder un titulo. Sin embargo, toda experiencia que se tiene siempre es para avanzar y construir, por más mala que sea. Como consecuencia de lo sucedido en el Azteca, Alberto Quintano renunció a la dirección deportiva del club.
#LosCulpables
Alejandro Castro. Probablemente quedará marcada la carrera deportiva del zaguero cementero por una noche desastrosa por generar el agónico empate del rival y siendo el protagonista de un resbalón en un penal errado que prácticamente le puso punto final a la historia.
Mención aparte merece Miguel Layun quien con una liguilla increíble logró silenciar a todo aquel que había logrado cuestionarlo y lastimarlo por tanto tiempo.
Moisés Muñoz en una jugada fortuita y con el liderazgo que lo ha caracterizado al frente del marco no se dejó intimidar en la final y ahora estará entre los más grandes guardametas de la historia de ese equipo.
#LaPenitencia
A diferencia del 2005 cuando América empató en títulos a mis Chivas y me derrumbé como en aquella fatídica final del Guadalajara ante Pumas ahora el undécimo campeonato azulcrema me aturde, pero me recuerda que el resentimiento es el culpable de todas las insatisfacciones en la vida. La decepción deportiva es la más noble y la menos dolorosa en la vida, puede dar revancha cuando menos te lo esperas. La ilusión y las ganas de ver al Guadalajara han vuelto a nacer en mi afición con más fuerza que nunca. GRACIAS.
